Relyance AI ha dado un paso clave en la gobernanza de la inteligencia artificial empresarial al lanzar Data Journeys, una innovadora solución que permite visualizar de forma contextual y precisa cómo fluyen los datos dentro de entornos complejos. Con esta herramienta, la compañía asegura que las organizaciones podrán reducir hasta en un 80 % el tiempo necesario para documentar y demostrar el cumplimiento normativo relacionado con el uso de IA.
El enfoque de Relyance responde a uno de los grandes retos que enfrentan las empresas que adoptan inteligencia artificial: la falta de visibilidad sobre el ciclo completo de los datos. Ya no basta con saber en qué base de datos están almacenados; es necesario entender cómo y por qué se procesan, qué transformaciones sufren y qué impacto tienen en las decisiones automatizadas. Esa es precisamente la promesa de Data Journeys.
A diferencia de las soluciones tradicionales de linaje de datos —que solo siguen los datos de tabla a tabla o de columna a columna— esta plataforma traza el recorrido completo desde su origen, incluyendo interacciones con API, arquitecturas RAG, herramientas de terceros y transformaciones intermedias. Todo comienza con el análisis del código fuente, lo cual permite capturar no solo el qué sino también el por qué del procesamiento.
Para empresas como Samsara, que ya han integrado la solución, esto ha representado una mejora crítica. “Necesitábamos una trazabilidad contextual y automática del linaje de datos. Esto es exactamente lo que buscábamos para reforzar nuestro marco global de gobernanza de IA”, dijo Lawrence Schoeb, su director de privacidad.
Según Abhi Sharma, CEO de Relyance AI, la plataforma ofrece valor real en cuatro frentes clave:
Primero, en cumplimiento normativo y gestión de riesgos, al ofrecer una gobernanza basada en pruebas tangibles, no suposiciones. Esto resulta esencial en un contexto donde el escrutinio regulatorio se intensifica —solo en 2024, las multas del RGPD superaron los 1.200 millones de euros—.
Segundo, en la detección de sesgos, ya que permite rastrear la raíz de comportamientos anómalos hasta sus fuentes de datos originales. “El sesgo suele generarse durante la inferencia, no necesariamente por el conjunto de datos con el que se entrenó el modelo”, subrayó Sharma.
Tercero, en explicabilidad y responsabilidad de los modelos. Con decisiones automatizadas que pueden afectar créditos, diagnósticos o aprobaciones críticas, entender cómo llegaron esos datos a la IA no es opcional, sino obligatorio.
Y cuarto, en la trazabilidad matemática para la auditoría regulatoria, un aspecto que cobra especial relevancia cuando las normativas globales se vuelven más exigentes y transfronterizas.
Los beneficios, además, son inmediatos. Varias organizaciones reportaron una caída dramática en los tiempos de respuesta ante auditorías y en la documentación de cumplimiento. Lo que antes llevaba horas, ahora se resuelve en cuestión de minutos gracias a la representación visual de los flujos de datos. En un caso concreto, una empresa detectó a tiempo que un ingeniero había introducido código que almacenaba datos sensibles en texto plano —un error que, sin Data Journeys, habría pasado desapercibido hasta que ya fuera tarde.
Además del producto principal, Relyance también presentó InHost, una opción autohospedada para empresas con requisitos estrictos de soberanía de datos. Esta variante apunta especialmente a sectores como salud, banca o detección de fraudes, donde sacar información sensible fuera de la infraestructura local representa un riesgo crítico. La flexibilidad de despliegue —en la nube o on-premise— se convierte así en un valor añadido frente a otras soluciones más rígidas.
La visión de la empresa es ambiciosa. Relyance busca convertirse en la infraestructura sobre la que se gobierne la IA empresarial, no solo ayudando al cumplimiento normativo, sino también proporcionando herramientas para el monitoreo ético, la detección de sesgos y la auditoría integral de modelos tanto internos como de terceros. En palabras de Sharma: “Los agentes de IA van a gobernar el mundo. Nosotros queremos ser quienes ofrezcan la infraestructura para gobernarlos a ellos”.
El mercado parece responder con entusiasmo. En octubre de 2024, la startup cerró una ronda Serie B por 32,1 millones de dólares, liderada por Thomvest Ventures y con participación de M12, el fondo de capital riesgo de Microsoft. Con esta inversión, su financiación total asciende a 59 millones de dólares, un respaldo que refleja la urgencia con la que las empresas están buscando soluciones de gobernanza de IA más sólidas.
Umesh Padval, socio de Thomvest, lo resumió así: “Relyance AI da a los líderes de privacidad y seguridad el control que necesitan para gestionar sus datos de forma segura, evitar sanciones y fomentar una IA ética y responsable”.
El momento no podría ser más oportuno. Mientras las organizaciones se apresuran a integrar inteligencia artificial en sus procesos, la capacidad de supervisar y entender cómo fluyen los datos se vuelve no solo una ventaja competitiva, sino un requisito de supervivencia. La verdadera transformación no está solo en los modelos espectaculares o en los asistentes con voz humana, sino en la infraestructura silenciosa que garantiza que todo funcione de forma segura, trazable y confiable.
En ese sentido, plataformas como Data Journeys no son solo herramientas técnicas: son el equivalente a una torre de control en un aeropuerto saturado de modelos de IA volando a ciegas. Y esa torre de control, hoy, es más necesaria que nunca.